El fútbol sala, conocido también con el nombre de fútsal, es
un deporte colectivo de pelota practicado por dos equipos formados por cinco
jugadores cada uno, en una cancha de suelo duro.
Este deporte se encuentra
inspirado en otros, principalmente en el fútbol como su nombre indica ya que es
la base del juego; pero también en el waterpolo, voleibol, balonmano y
baloncesto; tomando de estos las reglas y algunas técnicas de juego.
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Por tanto los deportistas necesitan de un cuerpo bien entrenado y
nutrido, con una correcta y equilibrada alimentación, por lo que el mantenimiento
de la misma va a contribuir a que el jugador se mantenga en
un correcto estado de salud y aproveche sus capacidades físicas al máximo.
Un futbolista durante una semana necesita:
- Consumo de alimentos naturales con un valor nutricional como son carnes, pescados, huevos, lácteos, cereales, fruta, verdura, pan, pasta y patata.
- Beber abundante agua durante el día y de cara a los entrenamientos, es decir, antes, durante y después.
- Mantener un horario regular de comidas respetando los intervalos de tiempo entre éstas y los entrenamientos.
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Cuando se encuentre entre partidos, el deportista ha de
cuidar más su alimentación desde la noche anterior, por lo que la cena la
tomará por lo menos dos horas antes de acostarse. Esta cena ha de ser rica en
hidratos de carbono y provista de alimentos de fácil digestión como son la
ensalada, pasta o arroz, pescado magro o
tortilla francesa.
Mientras que el mismo día del partido se debe comer tres
horas antes del inicio del mismo, ligera y sin grandes cantidades. Esta comida
tiene que estar compuesta por alimentos ricos en hidratos de carbono y sin
muchas proteínas ni grasas, evitando salsas, picantes y especias. Necesitamos evitar
mucho líquido y hay que comer despacio.
Así como los alimentos aconsejados también tenemos que
hablar sobre aquellos hábitos que se encuentran contraindicados, como son el
tabaco, el cual produce un acelero del corazón,
aumentando los niveles de colesterol, descomponiendo la vitamina C y aumentando
la fatigabilidad muscular. Así como el
alcohol, que se trata de un tóxico que sobrecarga el hígado dificultando de
esta manera el proceso de recuperación, produciendo a su vez deshidratación,
limitando las condiciones físicas del jugador y la rehidratación tras el partido.
Según un artículo de La Vanguardia, el fútbol sala se trata
de un deporte de riesgo debido al elevado número de lesiones que produce. Es un deporte de impacto jugado sobre una superficie dura por lo
que las articulaciones sufren mucho por los repentinos cambios de ritmo. Algunos
traumatólogos aseguran que es una actividad que desarrolla en muy poco tiempo
mucho ejercicio físico, y que el riesgo de lesiones va a aumentar con la edad.
Sin embargo, podemos observar que los aficionados conocen
bien cuáles son los peligros asociados a esta práctica pero menos conscientes
son de que jugado sólo una vez a la semana y con partidos de unos cuarenta
minutos, nos va a aportar más perjuicios que beneficios para la salud.
Fuentes:
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